martes, 21 de noviembre de 2017

La esfera armilar.



Después se volvió hacia el cadáver y se quedó mirándolo. Parecía que sólo en ese momento se daba cuenta de la muerte de su amigo-. Pobre Severino- dijo-, había sospechado también de ti y de tus venenos. Y tú también te creías amenazado por un veneno o no te habrías puesto esos guantes. Temías un peligro de la tierra y en cambio te llego de la cúpula celeste...- Volvió a coger la esfera y la observó con atención-. Vaya a saberse porque han usado justo este arma...

-Estaba a mano.

- Quizá. También había otras cosas, vasos, instrumentos de jardinería... Es una buena muestra de metalistería y de ciencia astronómica. Está destrozada y ... ¡Santo cielo!- exclamó.

-¿Qué sucede?

-Y fue golpeada la tercera parte del sol y la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas...- recito.

El texto del apóstol Juan no era nuevo para mí:

-¡La cuarta trompeta! - exclamé.

- Así es. Primero el granizo, después la sangre, después el agua y ahora las estrellas... Entonces hay que revisarlo todo. El asesino no ha golpeado al azar. Ha seguido un plan...Pero, ¿cabe imaginar la existencia de una mente tan malvada que sólo mate cuando puede hacerlo de acuerdo con los dictámenes del libro del Apocalipsis?

El nombre de la rosa.
 Umberto Eco.
 

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