-¿Y qué le ha recetado hoy el médico?
- Bueno, pues- caviló- lo que usted diga. Creo que hoy la voy a molestar pidiendo agua
y medio vaso de whisky.
Tintineo.
- Con la mayor diligencia- asintió la señorita Douce.
Con gracia de diligencia se volvió hacia el espejo dorado
Gilt y Cantrell. Con gracia saco del barrilete de cristal una medida de dorado
whisky. Del faldón de su chaqueta sacó el señor Dedalus bolsa y pipa.
Diligencia ella sirvió. Él sopló por el tubo dos roncas notas de pífano.
-Por Jupiter- caviló-. Muchas veces he querido ver las
montañas del Mourne. Debe ser un gran tónico el aire de allí. Pero un largo
anhelo siempre acaba por cumplirse al fin, dicen. Sí, sí.
Ulises.
Capítulo 11 -Las rocas sirenas.
James Joyce.
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