Como decía el acertijo que Egg había escuchado en Antigua:
“¿Cuántos ojos tiene lord Cuervo de Sangre? Mil y un ojos”.
Dunk había visto a Cuervo de Sangre hacía seis años en
Desembarco del Rey. Subía por la calle
del Acero a lomos de un caballo de pelaje claro, seguido por una partida de
cincuenta picos de cuervo. Fue antes de que el rey Aerys ascendiera al trono y
lo nombrara mano, y ya entonces resultaba imponente con Hermana Oscura al costado y el atuendo color humo y escarlata. La
piel pálida y el cabello blanco y sucio le daban aspecto de cadáver andante, y
decían que la mancha de nacimiento color vino que le cruzaba la mejilla y la
barbilla tenía forma de cuervo, pero a Dunk solo le pareció una mancha informe
y descolorida. Lo miró con tal intensidad que el hechicero del rey se dio
cuenta y se volvió hacia él. Solo tenía un ojo y era de un rojo muy vivo; en el
otro lado de la cara, la cuenca estaba vacía, cortesía de Aceroamargo en el
Prado de Hierbarroja. Sin embargo, Dunk tuvo la sensación de que dos ojos le
taladraban la piel y se le clavaban hasta el alma.
La espada leal.
George R.R. Martin.
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