—Dicen que
yo sólo soy medio hombre —dijo—. Entonces, ¿vosotros qué sois?
Aquello
pareció avergonzarlos. Un caballero sin yelmo montó y fue a reunirse con los
otros. Lo siguieron un par de mercenarios. Luego más. La Puerta del Rey se
estremeció de nuevo. En pocos momentos el grupo comandado por Tyrion había
doblado su número. Los había atrapado. «Si yo peleo, ellos tienen que pelear
también; si no, serían menos que enanos.»
— No me oiréis gritar el nombre de
Joffrey —les dijo—. Tampoco me oiréis gritar que combato por Roca Casterly. La
ciudad que Stannis quiere saquear es la vuestra, vuestra es la puerta que está
intentando derribar. De modo que venid conmigo, ¡vamos a matar a ese hijo de
puta!
Tyrion
desenvainó el hacha, hizo dar media vuelta al garañón, y emprendió el trote
hacia el portillo. Le pareció que sus hombres lo seguían, pero no se atrevió a
mirar.
George R.R. Martin
Choque de reyes.
1 comentario:
esto no es honor , es educacion y temperamento. Desición de sentido del destino , no creo en eso pero me parece loable, aunque la palabra loable me parezca poco desde el valor de la vida y mucho en el sentido de la muerte
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