Las experiencias cayeron sobre Jessica: nacimiento, vida, muerte...cosas importantes pero también intrascendentes, toda una existencia en un abrir y cerrar de ojos.
《¿Por qué esta catarata de arena que cae desde lo alto de un farallón ha permanecido en los recuerdos?》, se preguntó.
Más tarde Jessica comprendió lo que ocurría: la anciana estaba muriendo y, al morir, vertía todas sus experiencias en la consciencia de Jessica, igual que se vierte agua en una taza. La otra mota se desvaneció despacio en su propia consciencia prenatal mientras Jessica la miraba. Así, la anciana Reverenda Madre dejó su vida en la memoria de Jessica con un último gemido confuso de palabras.
-Llevo mucho tiempo esperándote —dijo-. Esta es mi vida.
Y allí estaba condensada y al completo.
Hasta el momento de su muerte.
《Ahora soy una Reverenda Madre》, pensó Jessica.
Dune.
Frank Herbert.
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